Familias colaboradoras

Han pasado 6 años desde que AM. vino a casa. Después vinieron RM., AE., y AR. y espero que aún queden muchos nombres que escribir. Es una experiencia estupenda, pues como suele pasar, recibes más de lo que das y aprendes más de lo que enseñas. Son chicos buenos, super educados, ordenados, colaboradores, cariñosos, responsables…¡vamos! que más de una vez he intentado dar el «cambiazo» pero el hermano siempre acababa por descubrirnos y se llevaba a «su niño» y me dejaba a los míos. Mis hijos esperan al chico de Loja con alegría y curiosidad pues siempre aprenden algo (pintar con acuarela, pescar, dar saltos…). Si tenéis curiosidad por «probar» la experiencia, os animamos a que lo hagáis desde el convencimiento de que «quien lo prueba… repite».

Agradecemos la oportunidad que nos habéis brindado de llenar nuestra casa de felicidad con la compañía y el cariño de JJ. Estamos muy contentos. Siento que él es un ángel que nos ha mandado Dios. Muchas gracias y aquí tenéis también vuestro hogar.

Para nosotros ha sido una experiencia muy enriquecedora porque hemos intentado darles a los chavales todo nuestro cariño y han sido ellos los que nos lo han dado a nosotros, todavía mantenemos contactos con algunos a pesar del tiempo que ha transcurrido. Seguimos llamándonos y contándonos lo que nos pasa, hemos descubierto en nuestra casa que verdaderamente todos somos hijos de Dios a pesar de su cultura y religión.

Queremos agradecer la oportunidad y la confianza puesta en esta familia para acoger a varios de estos menores que supuso para nosotros una experiencia vital en nuestras vidas. Estos menores nos enseñaron más que nosotros a ellos. Aprendimos a valorar más la vida, a reconocernos afortunados por todo lo que Dios nos ha regalado y les dimos a nuestro hijo la mejor catequesis que se puede dar: la solidaridad, el amor fraterno, la vida compartida…